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sábado, 1 de diciembre de 2007

Leyendas reales de casas embrujadas



No hay ciudad o pueblo que no tenga una casa embrujada, aquella que desde niño miramos con miedo, más que nada porque se trata de un lugar abandonado y en mal estado, sobre el cual pesan una serie de historias, que en la mayoría de los casos son inventadas para justificar el porqué nadie las habita.

Pero no todas estas casas embrujadas son puro cuento, o están deshabitadas. Hay algunas en donde realmente suceden cosas extrañas, aún con gente en su interior. La sede de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Viña del Mar es un ejemplo: las historias que se cuentan sobre esa casa y la cantidad de incendios sin explicación que registra Bomberos, ha dado pie para muchas leyendas. También está el conocido fantasma del Palacio Rioja, que se ha dejado ver y sentir en reiteradas oportunidades en los salones en donde funciona el Conservatorio de Música.

Pero hay casos en que estas extrañas presencias al interior de una casa han ido más allá de simples apariciones. Uno de los casos más perturbadores que registra la historia es el ocurrido en la localidad de Amityville, en Estados Unidos, donde una familia fue literalmente expulsada de su vivienda por entes de naturaleza desconocida, y hasta el día de hoy nadie ha sido capaz de volver a habitar esta casa. Los protagonistas del caso, que incluso inispiró una película, nunca quisieron hablar de lo que realmente ocurría en esa casa, hasta que hace algunos años dieron una entrevista a un programa periodístico en Estados Unidos, donde revelaron sólo parte de la espeluznante experiencia que les tocó vivir en la casa de Amityville.

112, OCEAN AVENUE

Esta historia tiene como escenario una casa ubicada en el 112 de Ocean Avenue, en Amityville, Nueva York. La madrugada del 15 de noviembre de 1974, el hijo mayor de la familia DeFeo, de tan sólo 17 años, asesinó a sangre fría a sus padres y hermanos, con un rifle, dejando un total de seis personas muertas.

Los investigadores no tenían ningún indicio que les permitiese sospechar de alguien en concreto, hasta que uno de los detectives que recorría las habitaciones de la casa en busca de alguna pista encontró en la pieza del único superviviente dos cajas de cartón de balas para un rifle.

Las investigaciones comenzaron a arrojar resultados asombrosos, como un robo que el joven habría cometido contra su abuelo y sus extraños cambios de humor. Después de largos interrogatorios, la policía consiguió la confesión, y el joven fue condenado a 25 años de prisión.

Retirada de los cadaveres del asesinato de Amityville.

UNA CASA POSEIDA POR EL ESPIRITU DEL MAL

Pero la verdadera historia de Amityville comienza días después, el 28 de diciembre de 1974, veintiocho días después de los asesinatos. Ese día, otra familia, compuesta por el matrimonio de George y Kathy Lutz, se mudó al lugar donde había ocurrido la masacre. La casa, espaciosa y de muy bonita arquitectura, estaba a la venta a un precio excepcionalmente barato, y los Lutz decidieron obviar los violentos hechos ocurridos con antelación y compraron el inmueble, aunque solamente pudieron ocuparlo 16 días debido a los extraños fenomenos que se sucedían...

Desde el primer momento en que ocuparon la casa, el matrimonio y sus hijas pequeñas sintieron una presencia sobrenatural, que se iba haciendo más fuerte cada día. Al principio, se escuchaban ruidos extraños a lo largo del día; luego, comenzaron a aparecer manchas en las paredes y malos olores sin motivo aparente, y las puertas y ventanas se abrían solas.

Kathy Lutz agregaría que en reiteradas ocasiones se sintió observada en ciertas partes de la casa, principalmente en las habitaciones, y que una vio unos ojos rojos que la miraban desde la oscuridad a través de la ventana. De repente, comenzó a tener pesadillas repetitivas con los crímenes sucedidos en la casa, pero soñando que las víctimas eran los componentes de su familia.

La suppuesta entidad que habitaba la vivienda trató incluso de apoderarse de los cuerpos de sus residentes, manipulándolos a su propia voluntad y obligándolos a cometer actos de naturaleza violenta, algo en lo cual los Lutz nunca han querido ahondar.

A los pocos días de habitar el lugar, el matrimonio se convenció de que la casa estaba poseída por una presencia demoníaca y recurririó al sacerdote de la iglesia más cercana, quien contaría después que al tratar de bendecir la casa, escuchó una voz que lo echaba, una voz que surgió de la nada desde la planta más alta de la casa y que gritó: ¡¡¡ LARGATE DE AQUÍ !!!. Según los relatos de la época, cuando el sacerdota ingresó a la casa, el ambiente se llenó de un olor putrefacto y una nube de moscar invadió el lugar. El religioso debió luchar con una fuerza física que le impedía acercarse a la casa y finalmente fue violentamente expulsado.

La visita del sacerdote marcó el punto en que los sucesos paranormales se incrementaron, George empezó a sentir presencias extrañas también, e incluso sentía miedo a abrir los grifos pues suponía que una presencia maligna podía salir de ellos si abría la llave de paso. Las alucinaciones se hacían más comunes y la desconfianza en la familia se acrecentaba, George afirmaba que su mujer se estaba tranformando en una bruja pués, según él, se le estaban cayendo los dientes y el pelo. Tal punto que los Lutz debieron abandonar para siempre la casa, que desde entonces se encuentra deshabitada y sobre la cual pesa el estigma de la leyenda de Amityville.

La leyenda de una mansion embrujada:

Al capitán Mujica de la Marina Real Española, le fue encomendada la tarea de proteger la Virgen del Carmen, regalo del reinado español a la nueva Iglesia Mexicana. El oficial juró a los Reyes, con su espada, que llevaría con orgullo tal labor.

Al encallar en México, las altas eminencias eclesiásticas, felices por la llegada de su venerada, rindieron un gran banquete de celebración en honor al guarda de la Virgen. A la fiesta asistieron las mujeres más hermosas de la región y se dice que entre ellas había una tal vizcondesa Saibfotkin.

Saibfotkin estaba comprometida con un coronel mexicano de apellido Iturbide, que, por esos años, se hallaba de campaña por las selvas mexicanas, pero corría el rumor de que había extraviado rumbo y los meses sin noticias predispusieron la actitud y el itinerario de la inmutable vizcondesa.
El capitán Mujica, hombre de amores pasajeros y muchas mujeres, cayó embelesado por la enigmática silueta de la realeza: se cuenta que Saibfotkin jugó con las expectativas de Mujica, como lo habría hecho con las del desaparecido coronel. Según los comentarios de la época cuando Saibfotkin aceptó el cortejo del capitán Mujica, desapareció sin dejar rastro, sumiendo al mismo en la más plena de las angustias.
Se dice que su labor por esos tiempos fue paupérrima y se le quitó el honor del cuidado de la Virgen, con lo que emigró hacia el sur instalándose en Colombia.

Mujica vio en la desaparición de Saibfotkin una gran afrenta hacia su persona y decidió jamás enamorarse o dedicarle fidelidad a una mujer.

En Colombia, y ya en un perfil bajo, sin las grandes reverencias del pasado, se casó dos veces, dejó hijos y alejó su rumbo evitando los lazos.

Recorrió Venezuela donde esparció su descendencia con innumerables mujeres con variaciones de su apellido como Mogica o Mugica, en muchos casos para evitarse persecuciones de hacendados u hombres importantes que veían mancillado el honor de sus hijas.

En Ecuador se vio involucrado en un robo de joyas y fue preso, al año de presidio logró escapar y en su huida fue socorrido por una joven mujer, una bruja de las selvas, de la cual no existe registro de su nombre.

La leyenda narra que, ante los ojos de Mujica, la mujer le recordó a la ingrata vizcondesa Saibfotkin y motivado por una sed de venganza le enamoró. La bruja entregó su corazón y después que el capitán retirado sació su libido le abandonó.

En Perú, Mujica intentó rehacer su vida al comprometerse con una acaudalada doncella de gran dote, a quien sedujo con sus experimentados conocimientos de galanteo, pero en plena boda apareció la bruja a quien dejó y, se relata, maldijo, en plena iglesia delante de la novia, familiares e invitados, al sorprendido militar.

La maldición de la bruja, al parecer, había sido conjurada para que Mujica jamás pudiere volver hacer feliz con una mujer, no alcanzaría tranquilidad y pasividad, y cualquier intento de prosperidad se vería enturbiado por la fatalidad, la desdicha y el olvido. Mujica no tomó en cuenta las palabras de la bruja, su matrimonio se realizó y continuó con todos sus planes.

Con el pasar de los meses la familia de la esposa de Mujica comenzó a tener diversos problemas financieros que en el transcurso de un año le llevaron a perder toda la fortuna. Sólo lograron conservar la mansión donde vivían. El capitán intentó rehacer la fortuna familiar, pero toda empresa que realizó se sumergió en el fracaso.

Suponiendo que sus desgracias eran causadas por la maldición de la bruja, visitó a unos chamanes de la región quienes le recomendaron que la única manera de aminorar el gualicho era alejándose lo que más pudiera del norte, pues su conjuro era un hechizo norteño.

Mujica trató de vender la mansión, pero el padre de su esposa se lo impidió y debió esperar a su muerte para poder llegar a usufructuar del inmueble. La mansión habría sido vendida tiempo después perdiéndose, de aquí, el rastro del militar y su esposa. Existen diferentes versiones y la suposición más posible es que haya emigrado a Chile.

A partir de la venta de la mansión, los datos son vagos, Su viaje al país se habría dado muchos años después, ya muy viejo, sólo y casi en banca rota.

El destino de la que era su esposa se desconoce.

El capitán Mujica intentó asentarse lo más al sur de Chile que pudo, para aminorar al máximo posible la maldición de la bruja. Terminó trabajando para un terrateniente de la zona que, como una ironía del destino, se llamaba Críspulo Mujica. El militar retirado sabía que no podían existir Mujicas que no procedieran de su descendencia directa, pero avergonzado por el que quizás podía ser algún hijo ilegítimo, ocultó su auténtica identidad (este mismo cambio de nombre ha hecho que los datos no sean del todo certeros).

Por esos años, Críspulo había encomendado la construcción en Santiago de una gran casa para vivir con su familia. Mujica le orientó en aspectos arquitectónicos para la misma, contándole detalles del origen del apellido que poseía y que en definitiva esa mansión debía proyectar lo que “Mujica” representaba. Críspulo quedó maravillado por los conocimientos de su fiel criado, que incluso él desconocía y le envió a Santiago para supervisar aspectos de la construcción...

Corría el año 1912 y, mientras se elevaba la mansión Mujica, Críspulo descubriría, entre las pocas pertenencias de su criado, la espada de capitán del glorioso militar. El antiguo guarda de la Virgen avergonzado, como nunca hubiese imaginado, confesó su verdadera identidad.
El terrateniente atormentado por una apremiante confusión al sentirse engañado por el destino, cayó enfermo muriendo meses más tarde. La Mansión sería terminada años después y en ella habitaría el Capitán Mujica en el total anonimato y en el más vil de los olvidos.

El longevo hombre que había logrado esquivar a la muerte sucumbió a su asedio. Se dice que en su lecho de muerte, en una pequeña pieza de los criados, en el lugar más masmórrico de la mansión, recibió una única visita de una misteriosa mujer que jamás se supo su nombre, pero que Mujica conocía muy bien y que le recordó que con su muerte la maldición no terminaría, dejando todo lo que llevara su nombre en la más profunda de las tinieblas.

- La famosa espada del capitán Mujica, de oro y brillantes, estuvo en despliegue en una caja negra con fondo rojo por muchos años en el Museo del Carmen. fue robada alrededor de 1974.

- Existen otras mansiones Mujica alrededor de América. Algunas aún no han desaparecido.

- La idea de mansión embrujada se vincula en la mente del colectivo, de manera errónea, a aquel lugar con almas en pena que vagan dentro de la casa después de haber muerto violentamente.
- La casa Mujica estaba embrujada por la maldición nefasta conjurada por la bruja, la que, según entendidos, permanecerá para siempre.




Este es uno de los misterios que mas apasionan a los estudiosos de los fenómenos paranormales, ya que en estos sitios, los fenómenos son repetitivos y ofrecen mayores oportunidades de poder aislarlo y estudiarlo.


Las Casas Embrujadas o Encantadas, presentan generalmente un comportamiento denominado "Poltergeist", que en Aleman significa: "Espiritu Burlon", aunque no necesariamente significa que las alteraciones sean provocadas precisamente por un "espiritu".



Aunque muchos casos aun se mantienen dentro del parámetro de Lo Paranormal, una gran mayoria tienen explicaciones logicas. El caso tipico de Poltergeist, es cuando sin razon aparente, se mueven objetos, abren y cierran puertas, cambian cosas de lugar, rompen vajillas, vuelan o avientan cosas sin que haya nadie presente etc.


En el 95% de los casos, el "Poltergeist" es ocasionado por una persona con cualidades para mover objetos a distancia (Telekinesia o Psicokinesia). Durante estos eventos sin explicación aparente, el protagonista provee la fuente de energia que desplaza los objetos a distancia y como generalmente desconoce sus habilidades, provoca el fenómeno de manera involuntaria, atribuyendo el misterio a los Fantasmas.



Sin embargo, hay muchos otros casos documentados, donde los eventos SI son provocados por fuerzas desconocidas y sobrenaturales. En estos casos, las explicaciones "logicas" quedan totalmente descartadas, sumergiendo el misterio dentro de la oscuridad de Lo Paranormal.

fuente:
http://www.lodesconocido.com.mx/content/view/43/55/

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