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jueves, 6 de diciembre de 2007

El Cine y lo Diabólico

Históricamente, se repiten los casos en los cuales las películas que incursionan en mundos desconocidos, en temas diabólicos y en hechos fantasmales, terminan con desgracias, accidentes y hasta con la locura o muerte de sus participantes, ya sean actores, directores o personal del equipo de filmación.

El caso más conocido de injerencia de otros planos de existencia sea el de la película “Tres hombres y un bebé” con el protagónico de Tom Selleck, en la que aparece un chico asomándose en una escena. Se pudo comprobar que no había ningún niño en el set de filmación y que en el lugar había fallecido una criatura con las características físicas de esa extraña aparición. Y aunque los productores dijeron que era una foto en tamaño natural de alguno de los protagonistas, usada para promoción, que alguien descuidadamente había dejado allí; nadie creyó esa pueril explicación y el caso quedó registrado como uno más de los increíbles sucesos que rodean a ciertas películas, sobre todo a aquellas que osan penetrar en temas satánicos o sobrenaturales.

A lo largo de la historia del cine hay películas que pueden considerarse “malditas”, ya que se han producido en la filmación casos de poltergeist, objetos que se rompen o caen inexplicablemente, decorados que cambian de lugar o aparecen alterados al momento de compaginar las escenas y otros hechos aún más graves, como las que afectan a las personas.




“El bebé de Rosemary” que tuvo como protagonista a Mia Farrow y fue dirigida por Roman Polanski en 1968, cuenta la historia de una mujer embarazada acosada por una secta diabólica de la que forma parte su propio esposo. La joven da a luz a un hijo del diablo. Uno de los actores de esta película, Anton La Vey fundó lo que llamó “La iglesia de Satán” en la cual participaron con el tiempo muchas personas vinculadas con el mundo del cine. La actriz Jayne Mansfield murió después de ser maldecida por practicar incorrectamente un ritual dentro de una iglesia.

Pero el hecho más notorio y sangriento relacionado con este film fue el que le ocurrió a la mismísima esposa del director Polansky. La actriz Sharon Tate estaba embarazada cuando fue atacada en su residencia por el llamado “Clan Mason” y asesinada en un ritual, donde con la sangre de las víctimas se escribieron en las paredes consignas satánicas.

Tanto Mason, como sus seguidores dijeron recibir órdenes de su dios diabólico, para ejecutar a la mujer del director que de allí en más declinó notoriamente. Para completar la relación con lo diabólico, recordemos que algunas escenas del film “El bebé de Rosemary” se realizaron en el edifico Dakota, en el centro de Nueva York; donde años antes había vivido el genio del cine de terror, el actor Boris Karloff, de quien se dice que en su departamento del edificio Dakota hacía pactos con el diablo. Este edifico siempre fue considerado maldito y por eso fue recomendado a Polansky para lograr un clima satánico en su rodaje. Por último, recordemos que a las puertas del edificio Dakota fue asesinado uno de los grandes defensores de la paz, John Lennon, y que su asesino dijo haber recibido “órdenes mentales” del mismísimo demonio.



“El exorcista” dirigido por William Friedkin. Una parte de la película cuenta como en una excavación arqueológica en un desierto indeterminado de oriente, se desentierra una imagen del demonio Pazuzu, el que al ser llevado a occidente desencadena la tragedia. La escena se rodó en unos parajes desérticos de Oriente Medio y allí murieron inexplicablemente cuatro trabajadores contratados para la filmación, además de contratiempos y extrañas situaciones que obligaron a reducir el tiempo de filmación en el lugar y regresar antes de lo previsto.

Pero los hechos siguieron ocurriendo a lo largo de toda la filmación y aún persistieron en las películas siguientes: “El exorcista II” y “El exorcista III”. Durante la filmación el director recibió amenazas de distintos grupos de adoradores de Satán y la protagonista Linda Blair sufrió un intento de asesinado que se trató de ocultar. La película española “El día de la bestia” cuenta la historia de un sacerdote, que acompañado por un conductor televisivo y un heavy metal; buscan al Anticristo que ha nacido en Madrid, abordando el tema con cierto humor y con escenas de terror.

“Poltergeits” nos habla de la comunicación con el más allá, la abertura de una puerta entre los dos mundos y las fuerzas desencadenadas que se llevan incluso a los seres humanos; destruyendo y creando el pánico. Poltergeist fue rodada por Tobe Hopper en 1982 y cuenta en su haber muchísimos hechos trágicos.


El mismo año de su realización Dominique Dunne fue asesinada por su novio y en 1988 Heather O’Rourke murió de una larga enfermedad que los médicos no pudieron diagnosticar y que lo llevó a sufrimientos extremos y a afirmar en muchas ocasiones que “los del más allá” lo acosaban.

Otra película que camina por los senderos de la muerte es el film dirigido por Wes Craven en 1987, “La serpiente y el arco iris” basado en el libro del mismo título de Wade Davis, un especialista en etnobotánica de la Universidad de Harvard, que viaja a Haití para investigar dos casos certificados de zombies que han sido enterrados vivos. En su investigación y después de muchos peligros y situaciones límites vividas, regresa a Estados Unidos con la fórmula de la droga zombie para su experimentación en laboratorio.

La película reproduce la experiencia de Wade Davis, agregando al documental algunos toques de ficción. Se trató de dar el mayor realismo posible a esta película, por lo que se realizó gran parte de ella en Haití, realizando incluso auténticas ceremonias de vudú.

Varios miembros del equipo de filmación se hicieron adeptos a la práctica del vudú y se quedaron en Haití radicados, mientras otros fundaron templos vuduistas a su regreso a Estados Unidos. Por su parte el director Wes Craven sufrió inexplicables apariciones y trastornos, hasta que regresó a Haití para someterse a una “limpieza” en manos de un bokor vudú.


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