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domingo, 25 de noviembre de 2007

Mitologia Tehuelche - Aonikenk



Creación del Mundo

Kooch siempre existió, no tuvo nacimiento ni principio. Nadie lo vió ni lo verá jamás, pues es como el aire. El creó y organizó todo lo existente.

Desde la eternidad anterior a todo Kooch estaba solo y rodeado de tinieblas, nada podía ver a su alrededor, y esa situación lo entristeció de tal manera que comenzó a llorar largamente, con un llanto profundo e interminable. Lloró y lloró durante incontables eras, y tantas fueron sus lágrimas que formaron el mar, donde comenzó a gestarse la vida para poblar el futuro mundo. Por eso el mar es salado, porque surgió de las lágrimas de Kooch. Entonces Kooch, al ver que el nivel del mar era demasiado alto, dejó de llorar, dando un profundo suspiro.

Con ese suspiro dió nacimiento al viento, que agitó las tinieblas logrando disiparlas, de manera que Kooch pudo observar la claridad a su alrededor. Este hecho le causó una gran alegría despertando en él las ansias de seguir creando los restantes elementos que, una vez coordinados, formarían el mundo.

Kooch había creado el mar con sus lágrimas y había disipado las tinieblas a su alrededor, pero a lo lejos continuaban y ello le impedía ver a su mundo desde la distancia, aún habiéndose alejado más y más, hasta que de pronto alzó la mano realizando un rápido movimiento con el que razgó la oscuridad, de la que brotó una gran chispa, la que continuó el giro de su mano. Así logró disipar las tinieblas y ver el maravilloso mundo alumbrado por ella, a la que denominó Xaleshem.

Cuando Xaleshem entibió el mar, el agua comenzó a convertirse en vapor, elevándose hasta formar las nubes. Estas sorprendieron al viento, que las arrastró violentamente hasta hacerlas emitir un gemido al que Kooch llamó Karut, que fue el que encendió los relámpagos, iluminando los sorprendidos ojos de los espíritus asomados por los huecos del infinito. Desde entonces las nubes se forman de agua y la distribuyen en forma de lluvia por el mundo. Kooch ordenó la actividad de los elementos, dándoles función a cada uno, y también determinó el ciclo de la vida por el que han de regirse todos los seres.


LA SAGA DE ELAL

La Isla de la Creación

Kooch no estaba aún conforme con la creación de la luz, del viento y de las nubes, entendía que aún faltaban muchas cosas más para completar el conjunto que imaginaba. Entonces comenzó por crear una gran isla en el mar a la que acudieron las nubes a derramar abundante agua para formar los lagos y los ríos. Desde el mar avanzaron las plantas hasta cubrir la tierra.



También Kooch originó la vida de los peces, luego de los insectos y de todos los animales. Durante el día, Xaleshem calentaba el aire para dar fuerza a todo lo creado. Al principio reinaba la armonía, pero durante el tiempo en que el sol se retiraba, en la oscuridad (Tons) comenzaron a ocurrir cosas raras. Aparecieron dos gigantes maléficos, hermanos, hijos de las tinieblas, llamados Noshtex y Gosye, portadores de conflictos y desgracias. Eran muy grandes, como cuatro personas normales, y muy peludos, además de tener una larga cola con punta de flecha.

Ahora bien, cuando el sol se ocultaba tras el horizonte Tons, la oscuridad daba rienda suelta a sus hijos. A los malos espíritus nadie los podía ver, porque eran pensamientos que sólo tenían poder en la oscuridad. Y en cuanto a los gigantes Hol-Gok, asomados por los ojos de las amderas viejas, por los huecos de las rocas y desde la profundidad de las cavernas, asechaban a los paisanos para prodigarles males, enfermedades y desgracias. A ellos se los podía ver de día, pero no de noche, por la oscuridad profunda que reinaba, en la que sólo ellos podían ver. Para terminar con esto Kooch creó la Luna, llamándola Keengenkon, de manera que los gigantes y los malos espíritus pusieran fin a sus maldades, ya que esta alumbraría todas las noches. Pero lo que al principio funcionó bien y parecía la solución definitiva duró poco. Al principio Keengenkon salía en cuanto se ocultaba el sol y se iba al aclarar, hasta que las nubes que vagaban por el cielo le contaron al sol la buena nueva, y tanto le hablaron de la pálida dama nocturna que decidió conocerla, y una mañana asomó en el horizonte antes de lo acostumbrado. por su parte, Keengenkon no pudo resistir el atractivo del rubio madrugador y lo acompañó a través del cielo, hasta perderse en el horizonte quebrado de los andes. A partir de entonces cambió el ritmo de la Luna, quedando como hasta hoy: cada tanto Keengenkon recuerda su antiguo deber y alumbra con toda su luz las noches, pero luego empieza a extrañar a su enamorado y trata de buscarlo, hasta que lo encuentra y comparten una noche de amor, oculta a los seres de esta tierra. Luego de eso retorna a su trabajo, y así desde siempre y para siempre.

Una noche la nube Teo estaba dormida en el horizonte. Entonces el gigante Noshtex la raptó y la escondió en una caverna donde la tuvo prisionera tres días y tres noches. Cuando sus hermanas notaron la ausencia comenzaron abuscarla por toda la isla, pero en vano. No la hallaron. Esto las enfureció y lo manifestaron lanzando terribles tormentas durante esos tres días, lo que provocó gran temor entre los seres vivientes de la isla.

Fue entonces cuando intervino Xaleshem y les preguntó el motivo. Ellas respondieron narrando lo ocurrido y que alguien de la isla la había raptado. Xaleshem nada pudo saber ese día, pero al ocultarse habló con Kooch, quien al ver el estado deplorable de todo, los ríos arrasando la tierra, las aves empapadas, prometió que si la nube Teo tuviese un hijo, sería más poderoso que el padre.

Al amanecer el sol se lo informó a las nubes, las que a su vez se lo contaron a Xoshem , el viento, y éste corrió por toda la Isla informando a los animalitos para tranquilizarlos. De inmediato, sabiendo de la existencia de los gigants y sus escondites, silbó la noticia en la entrada de las cavernas, con lo que los monstruos se enterraon de la decisión de Kooch. La nube Teo, que también oyó al viento, les dijo que el hijo ya latía en su vientre y él la vengaría.

Noshtex quedó perplejo, sentado frente a la caverna trataba de salir del atolladero. Era de noche. de pronto vió entre las mata llegar a Maip , el espíritu del frío, que sigiloso y agazapado lanzó su gélido aliento sobre un pajarito, el que de inmediato cayó muerto. Esto le hizo pensar a Noshtex que el podría matar a la nube... Pero observó en ese momento que antes de morir el pajarito había puesto un huevo; señal que continuaba la vida y si el mataba a la nube, podría continuar la vida del hijo. En ese momento pasó un zorro y viendo al pajarito muerto, se lo comió y también al huevo.

El gigante comprendió que si mataba a la desdichada nube, debía comerse al hijo y así neutralizar la profecía de Kooch. Entonces entró a la cueva donde dormía Teo y la asesinó, destrozándola para sacar al niño y comérselo. Noshtex arrojó los despojos de la nube hacia el cielo, salpicándolo con sangre, y desde entonces quedaron impresos los colores a la salida y a la puesta del sol. Pero el gigante tuvo curiosidad por ver al nonato, y mientras lo observaba, Terr Uer (tucu - tucu) había estado atento a lo ocurrido y aprovechando ese momento, le mordió el dedo gordo del pie al gigante.

Ante la distracción del gigante, que se agachó para frotarse la mordedura, Terr Uer tomó al niño y rápidamente lo escondió dentro de su cuevita, tapando la entrada con piedras para no ser descubierto. Así nació Elal, el hombre de la isla.


La reunión de la Laguna

Terr Uer había llevado al niño Elal lejos del alcance del malvado gigante, y entre todos los animales de la Isla lo alimentaban y le daban abrigo con sus cuerpos, hasta que pudo valerse por sí mismo. Elal crecía muy rápidamente, y pronto demostró tener gran inteligencia y precocidad. Pero sabiendo que en la Isla no había seguridad para su vida, Terr Uer decide convocar una reunión a la orilla de una laguna con todos los animales amigos del niño, donde todos expondr1an sus ideas para proteger mejor a Elal y sobre cómo eludir a los enemigos. Entonces encomendó al piche, al zorrino, al chorlo y al chingolito que les avisen a todos los amigos. Llamó al piche y le dijo: "Avísales a los que encuentres, pero cuidate para que nadie te escuche ni se dé cuenta en qué andas". "Así lo haré, con mucha cautela ", respondió el piche, y salió con la cabeza agachada, como era su costumbre.

"Tú irás entre las matas" le pidió al zorrino "para que no te vean, y si te ven, que no imaginen siquiera que misión tienes". Y salió enseguida el zorrino, haciéndose el distraido, como si buscara algo para comer, con los ojos entrecerrados, husmeando el suelo y escarbando de vez en cuando.

"Chingolito" ordenó Terr Uer " tu irás por este lado, pero no hagas vuelos largos, más bien salta de mata en mata, y de esta manera nadie sospechará". Al momento, el avecilla comenzó su misión, como si anduviera persiguiendo mosquitos.

Y en cuanto a Kius, el chorlo, Terr Uer le dijo :" Tu irás por este otro lado, por las tierras más altas. El color de tu plumaje no será visto fácilmente en las barrancas". Y salió Kius a cumplir su mandato.

Terr Uer encomendó esta importante misión a estos animales tan pequeños y lentos en lugar de hacerlo con la Mara o el Zorro , que son muy veloces, porque si los gigantes los veían correr, podrían sospechar y espiarlos, y por su gran tamaño pueden ser vistos con más facilidad. Y los pajaritos fueron elegidos porque desde el aire ubican rápidamente a los amigos y enemigos.

Durante la reunión de la laguna cada uno presentó su propuesta para proteger al niño de los malos espíritus y de los crueles gigantes. "Conozco muchas grandes y profundas cuevas, donde no lo hallará nadie" propuso el piche. "No es conveniente, tendría que vivir siempre bajo tierra, y es tan lindo disfrutar de la libertad, del aire, del sol! " repuso la calandria. "A mí me parece que podría andar disfrazado para eludir a sus enemigos" opinó el mara. Y la lechuza dijo " Mejor sería que lo vigilemos turnándonos día y noche. Nosotras de noche y los demás de día". Y Kius, el chorlo, propuso " Cruzando Jono, el mar, se llega a Aoni Güent, una tierra grande, donde Elal podría vivir libremente"."Nosotros durante el invierno viajamos al norte de esa tierra, podríamos llevarlo sobre nuestras alas" agregó Kokn, el cisne. Entonces todos los animales allí reunidos aceptaron la propuesta y comenzaron los preparativos para el viaje.


La avutarda aún no había vuelto de su viaje anual, pero al regresar las bandadas, de inmediato Terr Uer decidió avisarle, y para esta misión encomendó a Olje, el zorrino. Olje salió muy contento dando muestras de alegría a cumplir su misión. Esta actitud le llamó la atención a un gigante que lo vió. Entonces lo interceptó en su camino para preguntarle el motivo de su alegría. Tan grande fue el susto del animalito, que terminó por confesar la verdad, pero una lechuza que pasaba volando alcanzó a escuchar la infidencia y rápidamente fue a avisar a los participantes de la reunión de la laguna, donde la noticia causó estupor e indignación. En castigo por esto, Elal le hizo crecer a Olje la glándula del olor para que se defienda arrojando su pestilente rociada. Desde entonces, cuando Olje se encuentra con algún hombre lo enfrenta creyendo que se trata de un gigante; primero golpea con sus manitos el suelo invitándolo a retirarse, y si no lo hace le descarga una fumigada. Se dice que está muy arrepentido de haber sido tan cobarde.

Ahora bien, Terr Uer le asignó a Teuepen, el pecho colorado, la difícil tarea de entretener con su canto a un gigante, para que se distraiga, mientras Elal esperaba el momento de su partida. Noshtex y Gosye sospechaban que algo se estaba gestando a sus espaldas, de manera que querían saber de que se trataba. El gigante aguzaba el oído en procura de oir un lejano rumor que venía de la laguna, por lo que le ordenó a Teupen que se calle, ya que su canto no le permitía captar las voces. Pero el avecilla, cumpliendo el mandato de Trer Uer, no sólo desoyó la orden, sino que alzó aún más su canto. El gigante se enojó tanto al no poder oír lo que pretendía, que le arrojó una astilla a Teuepen para que se callara, hiriéndolo en el pecho, justo en el momento en que terminaba la reunión de la Laguna, por lo que su misión estaba cumplida. El gigante lo dejó creyéndolo muerto. Pero cuando Teuepen se repuso un poco, alzó vuelo y se presentó ante los amigos con el pecho ensangrentado. Entonces Elal, luego de curarlo, en premio a su valentía le permitió lucir el color rojo en su pecho, como una condecoración.



Durante la reunión de la laguna, cuando se estaba tratando acerca del viaje a Aoni Güent, Elal solicitó la presencia de Oóiu, el avestruz, ya que como era grande, no le sería difícil llevarlo en vuelo rápido, y mandó a Patn a avisarle que viniera enseguida.. En aquellos días el avestruz volaba y era muy resistente. Pero como demoraba mucho en llegar a la Laguna, y Kápenke tampoco lo hacía, Kokn fue designado para realizar la misión de conducir a Elal a su nueva morada. Cuando Oóiu finalmente llegó, se justificó diciendo que había venido caminando para no ser visto por los gigantes, que seguramente lo estarían espiando. Entonces Elal consideró que Oóiu caminaría siempre, no siéndolee necesarias las alas, aunque las conservaría para recordarle su torpe proceder. Claro que al caminar aumentó la velocidad y resistencia de sus piernas. También se ganó la enemistad de Patn, el zorro, quien había cumplido su misión. Por ello los zorros persiguen a los avestruces y le comen los huevos y pichones.


Los pumas y los gatos no prestaron su colaboración a Elal cuando se realizó la reunión de la Laguna. Elal no los castigó, pero siempre fueron enemigos, no sólo del hombre, sino también de los animales. Se sabe que Elal tenía su kau construido y tapizado con cueros de puma. Muchas veces el puma intentó matarlo, pero cuando Elal inventó el arco y la flecha, comenzaron a temerle, por eso casi nunca ataca al hombre, salvo cuando lo ve solo y desarmado o distraído. Pero generalmente ante la presencia humana se esconde.

El viaje a Aoni Güent

Elal, transportado por el cisne, decidió descender sobre la cúspide de una hermosa montaña que de lejos se veía azulada, para contemplar desde allí la tierra en la que viviría en el futuro. A esa montaña la llamó Xaltelk o Chalten, que quiere decir azulado. Elal miró todo lo que le rodeaba y permaneció en la cumbre tres días, asistido por sus amigos los pájaros que lo abrigaban con sus plumas y le traían alimento. Luego comenzó a descender. Entonces le salieron al encuentro dos terribles enemigos: Kókeshke y Shie, el frío y la nieve, asistidos por Maip. Entonces Elal tomó dos piedras de las barranca y golpeándolas sacó chispas para encender fuego en una caleta donde había un viejo nido de cóndores. Kókeshke y Shie quedaron estupefactos, y temiendo que Elal les ensea a los seres vivientes la forma de encender el fuego, se alejaron sin volver a molestarlo. Elal demoró otros tres días en bajar, llegando hasta un campamento aonikenk, donde lo recibieron con alegría y lo albergaron, integrándolo al grupo. La shoikn (hechicera) de la tribu lo tomó a su cuidado, y el les enseñó a los chónik el uso del arco y las flechas, y también a encender el fuego.



Los gigantes persiguieron siempre a Elal, ideando muchas trampas y artimañas para eliminarlo. Oiye, el cóndor, vió desde lo alto cuando los cisnes trajeron al niño a la cima del Chalten, y le avisó a los gigantes para ganarse su amistad. Noshtex llegó a Aoni Güent y empezó a perseguir a Elal, pero no pudo apresarlo, ya que en la persecución Elal creó entre ambos una selva impenetrable, donde el gigante, por su tamaño, no pudo entrar. Noshtex no se dio por vencido, y habló con un poderoso brujo llamado Takaurr, el que le propuso un plan para eliminar a Elal, consistente en convencer a Shintaukel, un cazador de gran parecido físico con Elal, para que lo mate y lo reemplace en el liderazgo. Para ello Shintaukel acompañó al gigante a la Isla de la Creación, donde se reunieron los tres, regresando luego Shintaukel bajo la protección del gigante. Algunos dicen que viajó de regreso en alas de un chimango, integrándose a los grupos de cazadores y diciéndoles que venía a eliminar a Elal para ocupar su puesto. trataba de ganarse el apoyo y la amistad de los chónik.

Elal no sabía ni imaginaba estas intenciones. Cuando lo vió llegar a Shintaukel junto a un grupo de gente, fue a recibirlo cordialmente, pero Shintaukel lo atacó de inmediato, hiriéndolo. Entonces comenzó la lucha! El combate se realizó en el lugar llamado Chókeken Sechle (Meseta de Agua Salada, actual meseta del lago Cardiel). Esta era antes una tierra muy verde y llena de árboles, pero las gotas de sudor durante la lucha salpicaron la tierra y las aguas, dándoles un sabor amargo y convirtiendo en salares los alrededores. Aún quedan algunos árboles convertidos en piedra. Al anochecer, una manadas de pumas hambrientos, atraidos por el olor a sangre, los atacó a ambos. Elal parecía pronto a caer.... los partidarios de Shintaukel, creyéndolo vencedor, comenzaron a vitorear su nombre... pero ante el ataque de los pumas, la lucha tuvo que ser interrumpida para hacer grandes fogatas y así espantarlos. También mataron a muchos de ellos. Luego tardaron en encontrarse los rivales para reiniciar la lucha. Elal tuvo tiempo de recuperarse y entonces pudo vencer a su enemigo. Como en un momento de la lucha vió asomarse tras un cerro el rostro de uno de los gigantes que lo perseguían, Elal asumió que Shintaukel era el otro gigante transfigurado, por lo que entonces lo ató y lo llevó a su kau, le abrió el pecho y le comió el corazón. Entonces su amigo Terr Uer le reprochó su actitud, haciéndole notar que los gigantes tienen corazón de piedra.

Cuando los gigantes sufrieron la derrota de Shintaukel, trataron de convencer a Uekne, pero a pesar de todas sus promesas de grandeza, Uekne se mantuvo fiel a su amigo Elal. Un día, estando de caza en Chókeken Chaink (Meseta grande), Uekne entusiamado se interno entre unos matorrales persiguiendo a un chulengo herido. Al salir a un claro fue atacado de imprevisto por un puma hambriento que lo hirió gravemente en la garganta. Aún así logró disparar una flecha con la que atravesó el cogote del puma agresor y lo mató. Pero el estaba muy mal herido. En vano llamó a sus compañeros. Estaban muy lejos y no lo podían oir.... ya no tenía fuerzas para caminar, había perdido mucha sangre. De pronto apareció un misterioso anciano, grande y fornido que lo alzó y lo llevó a su kau. Durante el trayecto le dijo : "Tu eres fuerte y valiente como Elal, el puma te temerá y los chónik aclamarán tu nombre". Una vez dentro del kau, Uekne quedó completamente inconsciente, y al despertar por la mañana comprobó que estaba totalmente curado. Agradeció al anciano y salió presuroso para su aike, donde narró lo ocurrido a sus compañeros. Estos no le creyeron, a pesar de haber visto al puma muerto y la cicatriz en el cuello de Uekne. Luego se supo que el brujo curandero era en realidad Noshtex disfrazado que buscaba granjearse amistades mediante el uso de sus poderes. Pero Uekne jamas traicionó a Elal.

El Viaje al Sol

Tanto hablaban los cazadores de la hermosura de la hija de la Luna y el Sol, el lucero del amanecer, que Elal sintió deseos de conocerla. La doncella tenía muchos nombres: Karró, Teluj, Peten la poderosa. Elal le contó de sus intenciones a su madrina, pero ella intentó disuadirlo diciéndole : "Tú irás allá y ya no volverás". Y el respondió : " Yo iré, veré a la hija del Sol y volveré". Elal comenzó a preparar boleadoras, arcos y flechas, entonces la madrina le preguntó : "Para qué lo haces?". El repuso : "Para matar un pajarito". "Déjalo vivir , pobrecillo! Para qué lo quieres matar?" le dijo ella. Pero Elal en realidad se estaba preparando para el gran viaje.. Cuando estuvo listo, salió al campo y se encontró con Kokn, el cisne, que accedió a llevarlo, aunque para eso tuvo que convertir a Elal en un pajarito. Kokn era, en realidad, su vieja madrina convertida en cisne. Juntos se elevaron sobre Aoni Güent y tomaron rumbo hacia el oriente. Cuando kokn se cansaba, descendía hasta el mar, tocaba el agua con el pico y aparecía una isla donde reponía energías. esa es la razón por la que hay tantas islas en el mar.

Cuando llegó al país de Keengenken, el Sol, se encontraron con Telgalon, la ratonera. Elal le dijo a qué venía y ella le respondió : "Cuando vayas a hablar con el Sol, ten cuidado porque en el camino está Kameter, el lagarto, que te pegará un colazo y te arrojará al Koluel, el pantano, de donde no se sale. Y en cuanto a la chica que buscas, no la podrás ver; la tienen escondida en un toldo. Keengenkon, la Luna, su madre, saca a pasear a dos sirvientas vestidas de fiesta para que los pretendientes se equivoquen". Entonces Elal se puso en marcha. Al llegar junto a un pantano lo atacó un lagarto, pero Elal lo traspasó de un flechazo. Luego esparció tierra seca sobre el pantano y lo secó. Así fue como llegó a la presencia del Sol, al que le contó de su viaje y que su intención era conocer a su hija Teluj.

Los trabajos de Elal

Enterado el Sol del motivo del viaje, sentenció :" Si superas algunas pruebas que te daré, tendrás mi consentimiento. Si quieres ser mi Ikorker (yerno), debes traerme primero dos huevos de avestruz para hacer una tortilla, pero cuídate porque los vigila un Mekseush, avestruz macho, muy malo". Elal se hizo un casco con unas lajas de roca atadas con tientos para protegerse. Entonces partió a buscar el nido. En el camino alguien le arrojó dos huevos de avestruz que estallaron sobre el casco sin lastimarlo. Luego encontró al avestruz echado en su nido y comenzó a acercarse despacio, sutilmente. Mekseush se puso inquieto y quiso levantarse para atacarlo, pero Elal le disparó un flechazo que le atravesó el cogote y lo mató. Sacó dos huevos y se los llevó a su futura suegra. Al verlos, Keengenkon exclamó :
- " Qué has hecho! No debiste quitarle los huevos a Mekseush, que es de mi familia!" y se puso a llorar.
El Sol dijo :
- "Eres muy astuto... ahora me traerás un cuero de cogote de guanaco para hacer una aljaba".
Elal salió presuroso y se encontró con Guijer, el arco iris, quien le dijo :
-" Arriba de aquella loma hay un guanaco grande".

Elal lo vió y fue bordeando una laguna para acercarse. El guanaco lo vió y vino corriendo para atacarlo, pero Elal se convirtió en un tool, un guanaquito, y salió corriendo hacia la laguna perseguido por el guanaco adulto. Este empezó a cortar camino y se metió en la laguna. La madrina de Elal, convertida en pantano, le dijo : "Tu no entres". El guanaco de pronto se encontro apresado en el fango sin poder moverse, y tool recobró su forma de hombre, matando al viejo guanaco de un bolazo. Le sacó el cuero "en bolsa" y se lo llevó a la Luna. Muy grande fue la sorpresa de ésta, ya que ese guanaco estaba puesto especialmente para matar a la gente. Entonces , para vengarse le pidió a Elal que fuera a buscar piedras para hacer unos raspadores, ya que debía preparar unos cueros. "Allá" le dijo, señalando una loma " hay de la piedra que necesito". En realidad era una tramopa, ya que esas piedras solían explotar y seguramente matarían a Elal. Pero el fue muy cauteloso. Se tomo un tiempo para estudiar el lugar y construyó un refugio bajo unas rocas, desde donde tiró una piedra con la honda contra el cerro, lo que hizo tres explosiones, generando una lluvia de piedras.. pero a Elal no le hicieron nada, porque estaba bien protegido. Cuando salió de su refugio, recogió todas las piedras que quiso y se las llevó a Keengenkon.

La Luna quedó muy sorprendida y llorando decía :
-" Que hombre! Todo lo puede! Qué haremos? No podemos matarlo... tendremos que darle a nuestra hija Teluj....".
Luego, dirigiéndose a Elal le dijo :
- "Vuelve mañana, tengo que esperar el regreso de Keengenken".
Al día siguiente, muy temprano, Elal se presentó ante el Sol, quien le dijo :
- " Has cumplido las pruebas con inteligencia, astucia y coraje, pero para casarte con mi hija tendrás que rescatar el brazalete de bodas, que un Shoikn robó y lo ocultó dentro de una caverna".
- "Eso será muy simple".
-" No creas Elal, pues la caverna está custodiada por un guanaco que mata con la sola mirada, y además el brazalete está escondido dentro de un huevo de avestruz podrido y envenenado".

Elal primero tuvo que ubicar la barranca donde se hallaba la cueva. Después su madrina, convertida en mosca, le susurró al oido : " Escóndete para que no te eva el guanaco, y yo lo molestaré para distraerlo. Entonces lo matas"

Voló la mosca y se le posó en una oreja, luego en la otra, después en los ojos El guanaco cabeceaba, tratando de ahuyentarla, pero ella se le introdujo en la nariz, haciéndole cerrar los ojos para estornudar. Elal aprovechó ese momento para arrojarle el shome, pegándole un tremendo bolazo que lo mató. Entonces entró a la caverna. Primero encendió una antorcha con la que se internó en la profunda oscuridad de la cueva. Tras mucho caminar encontró el huevo, pero no lo tocó. Señaló el lugar y regresó hasta la entrada donde estaba el guanaco muert, y le sacó el cuero. Regresó hasta donde estaba el huevo y extendió el cuero sobre el. Retirándose a una distancia prudencial tomó su arco, tensó la cuerda y le disparó un flechazo al cuero. Una sorda explosión indicó el éxito. Esperó un momento y luego con sumo cuidado, utilizando una de sus flechas, retiró el brazalete. "No lo toques! está envenenado!" le dijo la mosca-madrina.

Entonces Elal quemó el brazalete en la antorcha, eliminando así el veneno.

Habiendo cumplido Elal la prueba de rescatar el brazalete, regresó ante la presencia de Keengenken, el Sol, con su madrina convertida en mosca junto a su oreja. El Sol le dijo :
- "Conversaremos acerca de la boda, Siéntate!"
- "No te sientes!" le dijo la madrina "bajo el asiento hay un pozo sin fondo por donde caen los que se sientan"
Y Elal le respondió que ante tan gran cacique del cielo, prefería continuar de pie.
- "Eres muy astuto! Vamos a dar un paseo".
Caminaron hacia donde estaban las mujeres jóvenes y elegantes, una linda y la otra fea. Allí el Sol le dijo:
-"Nos has ganado, no hemos podido contigo. Una de ellas es Teluj, elije!" Dijo señalando a ambas mujeres.

Pero el astuto Elal, advertido por su madrina de que ninguna de ellas eran Teluj, miró atentamente todo y dando un fuerte soplido volteó la mampara de cueros de un toldo que había allí y dejó al descubierto a una mujer de aspecto horrible. Era Teluj. Keengenkon, su madre, la había disfrazado para que no fuera reconocida, pero la mosca le susurró al oido a Elal : "Es ella, solo está disfrazada".
-" Esa es Teluj!, con ella me casaré! " Dijo Elal.
- No, no! No te cases con ella! Mira lo fea que es!" Decía el Sol.
Pero al ver que Elal no cedía, la Luna dijo:
- "Cásate con ella si quieres, total es horrible".
Elal dio tres soplidos y todo el encantamiento terminó, y la hija del Sol y de la Luna volvió a su estado natural, resultando la mujer más hermosa jamás vista.
Entonces la Luna le murmuró al Sol:
-" Dejemos que se casen, después de todo la noche de bodas el morirá, como murieron todos los que la pretendieron".
Pero la mosca- madrina le advirtió al héroe:
- "Huye con ella esta misma noche! Ni el Sol ni la Luna te la darán jamás!"
Y esa noche, que fue de Luna nueva, Elal y Teluj escaparon, y Teluj nuncamás se dejó ver por su padre, ya que en cuanto el sol sale, ella se esconde, temiendo su ira.
Keengenkon estaba segura que Elal moriría sin consumar el matrimonio con su hija, ya que había pactado con un espíritu maligno la muerte de los pretendientes de su hija, y en dos oportunidades había tenido éxito. Y una vez muerto Elal, Teluj regresaría.
Pero Elal era demasiado fuerte para un simple espíritu maligno, y nada pudo con el. Asi se quedo Elal viviendo un tiempo con su amada en las tierras de Oriente. Pero Elal, viendo la contrariedad de su suegra, y no pudiendo convencerla ni amigarse, comenzó a caminar solo hacia el mar, y caminó sobre el agua hasta llegar a una isla donde estaba el cisne que lo llevaría de regreso a Aoni Güent. Así dejo por un tiempo a su mujer, para que pudiera estar otra vez con su madre.
El triunfo final de Elal

Elal regresó a Aoni Güent y se reunió con sus amigos, los chónik. Pero también regresó Noshtex, simulando ser un viejo curandero llamado Takaurr, acompañado de su hermano el gigante Nosye, hijos ambos de Tem, la Tierra y de la Tons la oscuridad. Pronto Nosye aterrorizó a la tierra porqwue el gigante se tragaba a hombres y animales. Elal primero trató de combatirlo con sus flechas, pero éstas no podían atravesar la coraza del gigante. Entonces lo enfrento y peleó con él a mano limpia. Por momentos el gigante se agotaba y caía a tierra, de donde se levantaba con renovadas fuerzas. Esto le hizo comprender a Elal que el gigante se nutría de vitalidad en su contacto con el suelo. Entonces lo alzó y lo retuvo vencido. Y alli lo dejó. El gigante habría muerto de no ser por la intervención de Takaurr, que lo salvó. Recuperado Gosye, continuó haciendo estragos entre hombres y animales.

Elal comprendió que debía terminar definitivamente con el y decidió aniquilarlo. Para eso, con la ayuda de su madrina se convirtió en nitelonsho, el tábano, y en el momento que el gigante abrió la boca para tragar un animal, penetró en su interior. En el estómago halló varios hombres y animales, algunos aún con vida. Después de volver a su estado normal, tomó el cuchillo de uno de los hombres y le abrió el costado al gigante, por donde se escaparon los hombres y animales. El gigante murió desangrado, y entre todos lo arrastraron hasta la orilla del mar donde lo abandonaron. Al crecer la marea, lo arrastró y se convirtió en Góos, la ballena, condenada a estar siempre en el mar. Si vuelve a la tierra, queda varada y muere.

Elal comprendió que para vivir tranquilo, tanto el como su gente, era necesario terminar con Takaurr, el brujo que era en realidad Noshtex, el gigante. El no podia matar a su padre con sus propias manos. Por lo que ideó un plan para que Noshtex acabase con si mismo. Elal fue ante Takaurr y le dijo:
-"Puedes hacerme un par de botas con este cuero de patas de guanaco?".
- "Bueno, párate aquí para medirte el pie" dijo Takaurr. Le tomó la medida del pie izquierdo, y cuando se agachó para medir el derecho, Elal le dió una tremenda patada que lo dejo tirado, y salió corriendo. Takaurr estaba furioso y comenzó a correrlo. pero Elal , al verlo acercarse, tiró una flecha entre ambos que se convirtió en río, el que demoró al brujo. Más adelante lanzó otra flecha que se convirtió en cerro, después otra que se convirtió en selva de molles, algarrobos y malaspinas. Con la furia que tenía Takaurr, no tuvo en cuenta las espinas y siguió p[ersiguiendo a Elal que gambeteaba entre las matas sin lastimarse, pero él fue dejando jirones de sus carnes y hasta los intestins colgados en las matas espinosas, por eso las vainas del algarrobo parecen intestinos secos, y tienen un olor muy fuerte.

Con sus últimas fuerza alcanzó a llegar a la orilla del mar para curarse, pero las olas se lo llevaron hasta hacerlo desaparecer, ya muerto.

Después de la muerte de su terrible padre, Elal vivió sin sobresaltos con sus amigos de cacerías en Aoni Güent, y cada tanto visitaba a su mujer cuando iban a cazar lobos marinos y a pescar en las restringas marinas, ya que ella era jono-peten, foca leopardo.
Cansado de aventuras , y sin su compañera, Elal se fue caminando hacia el Este y se trepó al espacio hasta perderse en el infinito. Alli está ahora, esperando a sus amigos los aonikenk para que lo acompañen en sus cacerías celestiales. Testigo de eso son las estrellas del firmamento, y ese camino blanco en el cielo, la Via lactea, que es el polvo y las plumas levantados por Elal y sus amigos en sus eternas cacerías.


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OTRAS LEYENDAS

Kápenke, el flamenco


Anoon tenía la misión de avisarle a Kápenke de la reunión de la laguna, y se fue caminando despacio para no levantar sospechas, ya que un gigante lo estaba observando. Siguió husmeando la tierra y muy poco a poco se fue alejando. Pero lo hizo tan lentamente, que Kápenke se enteró demasiado tarde de la reunión. En ese tiempo Kápenke era totalmente blanco y no tenía los hermosos colores que hoy le vemos. Cuando Anoon le comunicó la noticia, levant vuelo y lo más veloz que pudo enfiló hacia la laguna. Pero ya se habían ido todos. Ante la buena voluntad y toda la tristeza de kápenke, Elal le dió como premio los colores que habían en el cielo en ese momento. Aún así Kápenke parece vivir siempre apenado y permanece en actitud melancólica en las lagunas de Aoni Güent.

Tons y los malos espíritus

Tons, la oscuridad, ante la presencia del sol o de la Luna se alejaba de la Tierra para encontrarse con el Tiempo, su consorte. Con él engendró los tres malos espíritus principales: Kélenken, Maip y Axshem, que andan por Aoni Güent diseminando males de todo tipo. Kélenken y Maip eran mellizos. Maip es el viento helado y acompaña su hermano apagando los fogones, entumeciendo los miembros de los seres, matando a los pajaritos sin guarida y helando los tiernos brotes de las plantas. Axshem se caracterizaba por anunciar su presencia con un fuerte olor a azufre. El vive en un manantial sulfuroso, cerca de Oren Aike, del que continuamente brotan burbujas. Salia sólo en noches muy oscuras. En cuanto a Kélenken, tiene forma de un gigantesco karro, el carancho, es todo negro, y sus manos y patas terminan en tres dedos con gruesas y afiladas uñas. Tmbién tiene una larga cola terminada en dos puntas. Disfruta del dolor de los seres. Aparece en los partos difíciles para beber las lágrimas de las madres y embrujar a los recién nacidos. También aparece en los casos de fiebre y delirio, agitando las alas y riendo

[size=12]Las estrellas (Terke) de los aonikenk[/size]

Teluj es el lucero de la tarde, apare ce en cuanto se esconde el sol. Es la hija del sol y de la luna. Elal se enamoró de ella, y le pidió a su madrina que se convirtiera en cisne, para llevarlo al cielo a pedírsela al sol. La madrina de Elal era shoikn, podía convertirse en lo que quisiera. El viaje fue largo. Volaron hacia el este, hacia donde nace el sol, y al anochecer Elal arrojó una flecha al mar, la que al pegar en el agua salpicó formando varias islas donde descansaron. Después continuaron el viaje, teniendo que soportar muchas dificultades, hasta que llegaron al sol. Este, al enterarse del propósito de Elal le dio una cantidad de pruebas con la promesa de que si vencía le daría la posibilidad de casarse con su hija Teluj. Todo fue difícil, pero Elal venció y desde entonces vive en el cielo aguardando la llegada de los paisanos que lleva Uendeunk, el espíritu bueno, una suerte de angel guardián. Ellos conversan con Elal antes de convertirse en estrellas que pueblan el cielo infinito, desde donde miran y tratan de ayudar a los que quedan en Aoni Güent, mientras los esperan. La Vía Láctea está formada por las plumas que vuelan cuando los paisanos andan cazando en el cielo.

Choiols, la Cruz del Sur, es el rastro de Oóiu, el avestruz, que se trepó por Gijer, el arco iris.

Cheljelen es el iatchicoi, la boleadora, que Korkoronke le erró a Kakn.

Las pequeñas estrellan que titilan son los pajaritos que mueren, por eso nunca se los encuentra muertos en Aoni Güent. Ellos saben cuando van a morir, y entonces vuelan al cielo.

Uendeunk

Cuando muere un aonikenk, Uendeunk, el espíritu bueno y protector, lleva al alma ante Elal y le cuenta todo lo que hizo durante su vida: si siempre hizo el bien, si cuidó la familia y los niños, si fue hospitalario, su fue buen amigo y respetó la palabra, si fue buen cazador, si cazó muchos pumas. También tiene en cuenta si enseñó a sus descendientes los hechos de Elal. Entonces Elal los recibe y se quedan junto a él, aguardando la llegada de todos los que aún están en Aoni Güent.

Uendeunk acompaña a los niños desde que nacen y ayuda a los chónik en todo lo bueno, cuidándolos del mal y de su influencia. Durante los atardeceres Uendeunk ronda las tolderías, propiciando el momento para que los ancianos narren sus historias a los jóvenes.

Fuente: Recopilación personal sobre libros de Mario Echeverria Baleta (Joiuen Tsoneka, Vida entre los Tehuelches)

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La Isla de la Creación que esta en el Este... serían Las Malvinas? Como sabían los Tehuelches de sus existencia, si no eran un pueblo navegante? O sólo era un mito relacionado con el nacimiento del Sol?
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