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miércoles, 21 de noviembre de 2007

Mario Freiro reconoció haber matado a su mujer, aunque dijo no saber cómo lo hizo.

Mario Freiro, el hombre acusado de estrangular y enterrar a su esposa debajo de la cama en 1998, rompió hoy el silencio en el juicio oral y aseguró que tras sufrir una agresión de su esposa, se defendió y, al verla muerta, se asustó y la sepultó en la habitación.

En tanto, luego de la declaración del acusado, el fiscal de juicio, Ariel Panzzoni, solicitó en su alegato ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de La Matanza que Freiro sea condenado a la pena de reclusión perpetua por homicidio calificado por el vínculo.

Al declarar por primera vez en la causa, Freiro dio su versión de los hechos que coincide en gran parte con lo que declaró el lunes pasado su hijo Pablo al delatarlo como el autor de homicidio de María Ángela De Luca, aunque el imputado dijo tener una laguna y no recordar si él mató a su mujer.

Frente a los jueces Franco Fiumara, Gerardo Gayol y Jorge Multedo, Freiro hizo una introducción para explicar que su relación con De Luca estaba quebrada porque la mujer había abandonado el hogar para irse con un amante, al que identificó como Ricardo, "el fotógrafo".

"No me acuerdo la fecha puntual ni nada. Lo que sí me acuerdo es que veníamos de una situación mala. Ella se había ido con el fotógrafo", explicó.

"Yo la quería, por eso quería que vuelva y la perdonaba siempre. Pero era imposible la convivencia. Pelea tras pelea, pelea tras pelea... Estaba enamorado, quería que vuelva", comentó.

Idas y vueltas. Freiro contó que su mujer volvió a su casa y estuvo "como un mes", pero "iba y venía" y que mientras él trabajaba, sus hijos Mario y Pablo, por entonces de 8 y 10 años respectivamente, estaban solos en la casa, al punto de que los alimentaba una vecina.

Respecto al día del hecho, recordó que De Luca llegó a la casa de González Catán, mientras él preparaba la comida y que el único de los hijos que estaba era Pablo, el menor, porque Mario estaba en la casa de su madre.

"Me puse a preparar algo para comer, viene ella, ya de noche, lloviznaba. Yo estaba con Pablito. Le digo ´¿dónde estabas?´, (me contestó) ´qué te importa´ y me empezó a revolear con todo", dijo.

"Yo había preparado la comida para los tres. Me tiró con la sartén que todavía tenía aceite cliente. Me quemé. En un momento me encontré en medio de la discusión", comentó.

Laguna. Luego, Freiro señaló: "Si me dicen le pegaste un tiro, no sé; si la apuñalaste, no sé; si murió del corazón, no sé; si la ahorqué, no sé".

"Salí afuera, me quedé sin cigarrillos. Vuelvo a entrar, ella estaba en el suelo. Estuve un tiempo largo tratando (de reanimarla). (Soy) Mario, hablame; Mario, hablame", continuó.

"Pasaron como tres o cuatro horas. Estaba muerta, dura y blanca como un papel", describió Freiro el estado del cadáver de su esposa.

Cuando el fiscal Panzzoni le pidió que le explique cómo reaccionó, el imputado insistió con su laguna de memoria y reiteró: "Ella me agredió, me tiró aceite, me quemé. En un momento cuando me quema y me viene a pegar, yo me acuerdo que me defendí".

Luego, sí reconoció y confesó haber enterrado a De Luca abajo de la cama matrimonial, aunque intentó justificarse diciendo que estaba asustado.

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