Se cayó en un pozo y lo salvaron las ganas de hacer pis

Sergio Clavijo pasó cinco días en un pozo de varios metros de profundidad. Lo salvó un vecino que se acercó al agujero para orinar.

21.05.2008Aunque la leyenda asegura que la fortuna será anticipada "por una simple cagadita", ya sea desde cielo o desde abajo de la suela del zapato, en este caso la regla calza justo en la primera de las necesidades fisiológicas. A veces, hasta con las ganas alcanza. Al menos eso sucedió en la ciudad santafesina de San Lorenzo, donde un hombre pasó cinco días dentro de un pozo, de cinco metros de profundidad, hasta que un vecino se acercó a orinar y escuchó sus alaridos.

Sin embargo, no fue tarea fácil para el inesperado rescatista, quien tuvo que recurrir a los bomberos voluntarios de la ciudad para sacar al hombre, caído accidentalmente en el agujero.

Sergio Clavijo, de 43 años, estaba desaparecido desde el jueves y, a esta altura, la familia lo había denunciado en la Policía local.

Ya en la superficie, Clavijo relató que “no sabía cómo había llegado” a caer en el pozo, de donde salió “totalmente inconsciente".

"Estaba completamente perdido. En algún momento, escuché voces de personas que pasaban por ahí pero mis gritos nadie los escuchó", recordó desde el hospital Eva Perón, donde sigue internado por una fractura en el pie derecho y en estado de shock.

Y, agregó: "Todavía estoy en un estado medio de somnolencia y no se bien qué pasó. Por suerte, lo puedo contar. Debe haber amortiguado el golpe por la tierra o porque traté de agarrarme" de las paredes del hueco en la tierra”.

Al parecer, Clavijo cayó al pozo mientras caminaba desde su casa, en el acceso de la ciudad, hacia el centro de San Lorenzo.

Cuando pasó por un sector frente a la planta de la empresa Molinos Río de La Plata, no se dio cuenta del hueco porque estaba camuflado con ramas y resbaló en sus cinco metros de profundidad.

Permaneció en plena oscuridad desde el jueves hasta el lunes, cuando lo salvaron los bomberos, luego de ser avisados por el vecino con ganas de hacer pis.

Para que ningún distraído vuelva a dejar su destino en las manos del orín, los bomberos ya taparon el pozo con una estructura de madera.

Fuente: http://criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=4352