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viernes, 19 de septiembre de 2008

¿Que es la Masoneria?

La masonería tal vez sea la sociedad secreta iniciática más importante del mundo en la actualidad. Una sociedad secreta iniciática es un grupo en el cual:
a) sus actividades regulares están reservadas estrictamente a sus miembros;
b) sus reuniones comportan un ritualismo tradicional (disposición y decoración de la sala donde se reúnen los asistentes, ornamentos y objetos que estos llevan puestos, actitudes que asumen) y
c) para ingresar en tales sociedades es necesario pasar antes por un conjunto de pruebas (simbólicas) y cumplir con una ceremonia que constituye la iniciación ritual. Este tipo de ceremonia se repite igualmente para la admisión del sujeto en otro grado de la orden.

Los antecedentes más antiguos que se conocen de este tipo de sociedades los encontramos, en las culturas "primitivas" o tradicionales - en cuanto a la menor complejidad de sus formas de organización - en las "sociedades masculinas" o Männerbünde que derivan de los misterios de iniciación tribal: a una determinada edad, que señala por otra parte el inicio de la adultez, los jóvenes de la tribu son llevados por los mayores a un lugar inhóspito (la selva, el bosque: lo desconocido y profano) donde luego deser sometidos a una serie de pruebas que requieren de esfuerzo y sacrificio, llegando incluso a la laceración, son encerrados en una cueva,una choza o directamente enterrados - lo que señala su muerte ritual - y luego son revividos por el chamán que por medio de fórmulas le comunica una serie de conocimientos trascendentes como el verdadero
nombre de las plantas, de los animales o el suyo propio. Los rituales de iniciación son rituales de paso, es decir que conducen de un estado a otro.
Para ello hay que "morir" al estado original para "renacer" en el nuevo. De allí la importancia del simbolismo de la fosa o la caverna que representan el útero de la Tierra. Varios de estos elementos simbólicos se pueden reconocer, aunque estilizados, en los rituales de la masonería. Los masones definen su organización como una institución filosófica y filantrópica, de ideales progresistas que reúne a individuos de diferentes credos e ideas políticas.

En la masonería actual prefieren llamarse "sociedades discretas" antes que "sociedades secretas". La diferencia está en que, en el primer caso; cualquier miembro puede hacerse conocer como masón pero tiene prohibido identificar como masones a otros.

Sus orígenes

Los orígenes de la masonería los encontramos en las cofradías de constructores de la Edad Media (maçon). De allí que la mayor parte de la simbología masónica esté vinculada al oficio de edificar: reglas, compases, escuadras, plomadas, mandiles. Se suele distinguir dos períodos en la historia de los masones: el de la masonería operativa, en el que sólo era una agrupación de profesionales que nucleaba a la elite de los constructores con el objetivo de defender sus derechos y libertades y conservar celosamente los secretos del oficio y el de la masonería
especulativa o moderna que no recluta sus adeptos ya entre los constructores, sino que está abierta a todos los oficios y tiene por objetivo el perfeccionamiento moral de sus integrantes por medio de la enseñanza de una serie eclécticas de doctrinas tomadas de diferentes tradiciones :
cábala judía, cultos mistéricos egipcios, misterios de Eleusis, diferentes vertientes del agnosticismo cristiano; constituyendo el todo un saber de carácter esotérico al cual se va accediendo paulatinamente a medida que se avanza en los grados de la orden. El pasaje a la masonería especulativa sólo significó la oficialización de algo que se hacía desde los tiempos de la
masonería operativa: honrar, confiriéndole la iniciación, a hombres que no pertenecían a los oficios de la construcción. Esta evolución se realiza en todos los países, pero son, sin duda, los anglosajones (Escocia primero y luego Inglaterra) los que más rápidamente lo hicieron.


La leyenda

Los orígenes míticos de la masonería se narran en varios manuscritos, el más antiguo de ellos supuestamente de 1390 se llama Manuscrito Regius.
Los posteriores, como el Manuscrito Cooke, probablemente de 1410, o el Iñigo Jones (1607), repiten la leyenda con ligeras variantes.

Todos ellos reconocen que existen siete ciencias liberales, de las cuales nacen todas las demás: la gramática, la retórica, la dialéctica, la aritmética, la geometría, la música y la astronomía. Esto no es otra cosa que el trivium y el quadrivium de la educación escolástica. La geometría es para los masones la más importante de ellas a tal punto que en varios textos se asimilan los nombres de geometría y masonería.

La leyenda dice que un descendiente directo de Adán anterior al diluvio llamado Lameth tuvo dos esposas: Ada y Zillah.

Con Ada tuvo dos hijos: Jabal y Jubal. El primero inventó la geometría y con ella dividió campos y ganados, cuya propiedad hasta ese momento era confusa. Jubal, en tanto, inventó el canto y la música. Con Zillah tuvo un hijo, Tubalcaín que fue el fundador del arte de la metalurgia y una hija, Naamah, que fue la iniciadora del arte del tejido. Sabedores de la voluntad
de Dios de lavar los pecados del mundo, pero sin saber que método utilizaría, si el fuego o el agua, decidieron grabar todos sus conocimientos en dos columnas, una de mármol, piedra que no se podía quemar, y la otra de una piedra llamada laternes o laterus, que no se podía hundir. Muchos años después del diluvio, esas columnas fueron encontradas, una por Pitágoras y la otra por Hermes Trimegisto, que enseñaron las artes allí
grabadas.

Cuando Abraham marchó a Egipto con su esposa Sara, conocedor de estas ciencias, se las enseñó a alguien llamado Euclides, que convenció a los nobles egipcios de que le entregasen un hijo de cada familia para su educación (de este modo, la masonería se asigna un origen aristocrático) a los que les enseñó el arte de la geometría, el trabajo de la piedra y la construcción de templos.

Estableció así la orden de la masonería. Les dio un código de ética que incluía la sumisión a la voluntad del rey y de la orden y promovió la fraternidad entre sus integrantes, que se llamaron entre sí compañeros y a Euclides y sus sucesores, maestros.

A partir de entonces los masones se convirtieron en errantes que dispersaron sus conocimientos por todo el mundo. Cuando Salomón construyó el Templo de Jerusalem, el rey de Tiro le envió a un masón llamado Hiram que dirigía la obra.

Los trabajadores del Templo se dividían entonces en aprendices, compañeros y maestros (los tres grados comunes a toda logia) y cada uno de estos grupos tenía una palabra secreta que utilizaban sus integrantes para reconocerse y a su vez permitía acceder a los conocimientos propios de cada grupo. Hiram fue asesinado por tres compañeros celosos de su genio que intentaron arrebatarle la palabra del maestro. Este episodio es recreado en varias ceremonias masónicas como parte de diferentes rituales.


La organización

En 1960 la masonería contaba con unos cinco millones de miembros, de los cuales cuatro estaban en los Estados Unidos. A esta universalidad de miembros se los llama "la Orden" que se divide en varias "Obediencias".
Según la definición de Marius Lepage se llama Obediencia a "...un grupo de hermanos que han adoptado la misma forma de trabajo y de acción"

Se llama Rito a la organización metódica, según uno o varios principios rectores, de un número de grados masónicos. Hay dos tipos de grados:
los simbólicos - aprendiz, compañero y maestro - comunes a todos los ritos y los filosóficos que son los grados superiores y que varían de un rito a otro desde 33 hasta 99. Sus nombres son representativos de las tradiciones en que abrevan y no a todos se accede a través de la ceremonia de iniciación sino, en muchos casos, "por comunicación". En el Rito Escocés Antiguo y
Aceptado los que son objeto de iniciación son el grado cuarto, Maestro Secreto; el duodécimo, Gran Maestro Arquitecto; el decimotercero, Caballero del Arca Real; el decimocuarto, Gran Elegido de la Bóveda Sagrada; el decimoctavo, Caballero Rosacruz; el trigésimo, Caballero Kadosh; el trigésimo primero, Gran Inspector Inquisidor Comendador; el trigésimo segundo, Sublime Príncipe del Real Secreto; y el trigésimo tercero, Soberano Gran Inspector General. Algunos de los ritos más
conocidos son:

- el Rito Escocés Antiguo y Aceptado
- el Rito de York o Masonería del Real Arco
- el Rito de Herodom
- el Rito Francés
- el Rito Escocés Antiguo Reformado
- el Rito Escocés Filosófico
- el Rito Sueco de Swedenberg
-el Rito de Mizrain

El núcleo de acción primaria de la masonería son las logias agrupadas,habitualmente con criterio regional o nacional, en Orientes, Grandes Logias u Obediencias que a su vez adscriben a algunos de los ritos antes mencionados. Sus tenidas o reuniones son al menos mensuales y secretas.
Su organización interna se basa en un Consejo Directivo cuyos cinco miembros jerárquicamente más importantes - el Venerable, el Primero y Segundo Vigilantes, el Orador y el Secretario- son llamados "las cinco luces o lumbreras" de la logia. Si bien los cargos son electivos y de duración determinada, la organización es estrictamente jerárquica y elitista.

La prohibición de iniciar mujeres en la masonería se encuentra expresamente estipulada en las Constituciones de Anderson, el documento fundacional de la masonería moderna. Pero desde el punto de vista práctico, esta postura evolucionó de dos maneras: hacia la masonería de adopción y hacia la masonería mixta. La primera, que nació en Francia en el siglo XVIII, consistía en añadir un taller femenino (con un ritual especial) a ciertas logias masculinas. A partir de la separación de estos talleres se desarrollaronlas obediencias femeninas. La masonería mixta, en tanto, admite tanto a varones como a mujeres con los mismos ritos.


La masonería en la Historia Argentina

Desentrañar la relación de la masonería con el proceso emancipador argentino y latinoamericano plantea una serie de problemas. Uno de ellos es que la historiografía sobre el tema está teñida de prejuicios valorativos acerca del rol que le cupo, de acuerdo a la posición ideológica desde la cual se lo analice.

Por un lado, la historiografía reaccionaria prohispana ve en el "complot masónico" la principal causa de la independencia de los territorios americanos. Para ellos, los masones del Nuevo Mundo, que contaban con el apoyo de las logias de Inglaterra, Francia y Estados Unidos, respondían a los intereses de estos estados que se beneficiarían del comercio con las colonias independizadas en perjuicio de la corona española.

También dentro de la historiografía conservadora hay otros sectores más moderados que opinan que si bien el proceso emancipador respondía a causas de fondo propias del sistema colonial, las colonias no estaban aún maduras para la independencia y la masonería apuró los tiempos de un proceso que debía darse más lentamente.

Finalmente, la historiografía liberal progresista sostiene que el origen del movimiento emancipador está en las contradicciones estructurales del régimen colonial y que la acción de la masonería sólo se circunscribe a la difusión de las ideas liberales.

El segundo problema que se plantea es que todas las corrientes antes descriptas parten de un supuesto y es el de que la masonería tuvo una posición única y monolítica frente al proceso político emancipador. Es de destacar, en este punto, las disputas que se producen, en ese entonces, entre las logias "yorkinas" o irregulares, bajo el influjo político de Estados Unidos y, en menor medida, de Francia y las "escocistas" o regulares bajo el de Inglaterra. Las primeras, con un perfil más radicalizado y popular, proponían la constitución de repúblicas mientras que las otras mostraban un aspecto más moderado, cierto elitismo y se inclinaban hacia una forma de gobierno monárquica constitucional.

Los siglos XVIII y XIX vieron la multiplicación de las sociedades secretas, de las cuales la masonería fue la más importante, pero no la única.
Comuneros, anilleros y pasteleros, entre otros, compartían con la masonería algunos ideales y prácticas, pero no pertenecían a ella.

Contrariamente a lo que sucedió en otros lugares del mundo, la difusión de la masonería en España y sus colonias tuvo dos obstáculos: la condena de todas las sociedades secretas por parte de la Iglesia Católica, a partir de 1738 con el papa Clemente XII, y la prohibición de su funcionamiento por parte del gobierno real.

Pero con las invasiones napoleónicas, las logias comenzaron a multiplicarse -Napoleón las usaba como medio de difusión de las ideas bonapartistas- y la de Cádiz fue particularmente activa.

En tanto, los americanos que se encontraban en la península, tenían sus propias reuniones secretas con el objetivo común de lograr la independencia de las colonias a las cuales pertenecían. Precisamente en Cádiz funcionaba en 1811 la Logia de Caballeros Racionales Nº 3 presidida por Carlos de Alvear. Éste en 1812, y ya en Buenos Aires junto a San Martín, Zapiola,
Chilavert y otros funda la Logia de Caballeros Racionales Nº 8. Como señala Patricia Pasquali (1), no es de extrañar que estas sociedades secretasno estuvieran registradas como pertenecientes a la United Grand Lodgeof England pues no pertenecían a la masonería regular. Dadas las circunstancias imperantes, y ante la falta de templos apropiados, los masones de alta graduación estaban facultados para hacer masones "por comunicación".
Por otro lado, muchas logias fueron operativas, es decir que tenían un objetivo determinado, la independencia de la colonia; una vez cumplido ese objetivo,la logia se disolvía. Posiblemente la Logia Lautaro fue una de ellas.

Si bien algunos autores sostienen que hubo una logia de masonería simbólica en el Virreinato en tiempos de Sobremonte, es a partir de la independencia que la masonería pasa a ser un actor social de importancia.

Después de la batalla de Caseros, la presencia de masones en la función pública y de gobierno se hizo casi hegemónica. Desde la presidencia de Mitre en 1862 hasta la de Yrigoyen en 1916, la Argentina contó con nueve presidentes masones, de acuerdo al conteo de A. Lappas. La formación de logias fue alentada por Urquiza que veía en ellas una fórmula de entendimiento mutuo y fraternización en un país dividido por las guerras civiles.

Si durante la Revolución de Mayo, la masonería se había encargado de difundir las ideas del iluminismo, su versión de fines del siglo XIX hacía lo propio con las del positivismo y cientificismo, encontrando, tal como había sucedido antes, la fuerte oposición de sectores católicos.

De cualquier modo, el perfil sociológico de la masonería finisecular estaba vinculado a las clases altas. Los obreros comenzaron a ingresar en los años 80 con el proceso inmigratorio, desarrollando las "sociedades de resistencia" y los primeros sindicatos.

Durante este período, el mensaje político de la masonería, si es que efectivamente hubo uno, no logró disimular, y mucho menos superar, las diferencias entre sus miembros pertenecientes a la clase dirigente, que no vacilaron en resolver sus conflictos de manera violenta. En la batalla de Pavón se enfrentaron dos masones, Urquiza y Mitre y en la Revolución del Parque de 1890, quienes se opusieron al gobierno de los masones Juárez Celman y Pellegrini fueron, entre otros, Lisandro de la Torre e Hipólito Irigoyen, iniciados, ellos también, en la masonería.

Diferente fue el resultado que obtuvo la masonería en el debate pedagógico de 1882, donde, especialmente a través de la Logia Docente- una agrupación de elite de orientación krausista- con un discurso unificado, propuso la secularización de la educación en firme oposición a los católicos, que defendían la obligatoriedad de la educación religiosa. La consecuencia fue
la Ley de Educación 1420 que implantó la enseñanza obligatoria, común, gratuita y laica. Como dice Ema Cibotti: "En un frente que no presentó fisuras, los masones, tan divididos por la lucha de facciones que los sobrepasaba, lograron en cambio transformar en leyes, las concepciones laicas. Convertido en una suerte de tradición cultural e institucional, el laicismo fue una de las grandes herencias democratizadoras que recibimos del siglo XIX"(2)

Pero ya la masonería era víctima de sus propias contradicciones.
Su composición social ya no era tan homogénea y con la llegada de los inmigrantes, a las tradicionales logias burguesas se contraponen las nuevas logias de obreros italianos y españoles.

Disconformes con el estilo personalista y el quietismo conservador del entonces Gran Maestre de la Gran Logia Argentina, Fabián Onsari, un grupo de logias de orientación progresista, laicista y antifascista se separan y constituyen, en 1935, el Gran Oriente Federal Argentino (G.O.F.A.).Intelectualmente adhieren a un positivismo racionalista con algo de utopismo social. Rechazaba el liberalismo económico y proclamaba la idea de justicia social. En 1956 fallece F.Onsari lo que permitió el acercamiento del G.O.F.A. a la Gran Logia. De su unión nace La Gran Logia de Libres y Aceptados Masones. Pero su influencia ya no era la misma.

Como señala Gregorio Caro Figueroa, a la masonería actual "... Los contrastes la marcan: surgida como un islote tolerante en sociedades estamentales que no lo eran; nacida para anunciar las Luces y el progreso y para promover el libre examen... pregonera del igualitarismo y la inclusión, : se fija a una férrea estructura definida por lo jerárquico y a un principio de exclusión que la fe en la meritocracia no anula..."(3)

(1) PASQUALI, Patricia. Bolívar, San Martín y la masonería en la independencia americana en "Todo es Historia" año XXXIV nº 405 - abril 2001
(2) CIBOTTI, EMA La masonería frente a las leyes laicas en "Todo es Historia" Año XXXIV nº 405. Abril de 2001
(3) CARO FIGUEROA, Gregorio A. De secretos a discretos en Revista "Todo es Historia" año XXXIV nº 405. Bs.As. Abril de 2001.

Fuente:http://www.buenosaires.gov.ar/areas/cultura/cpphc/masoneria/queesmaso.php

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