"Si uno llama al demonio, puede venir"

José Antonio Fortea.

El padre Fortea, que es exorcista autorizado, certifica que el demonio existe, mal que le pese a cierta Iglesia. Ha liberado a unos cuantos de su influjo de azufre. El párroco de Nuestra Señora de Zulema, en Villalbilla (Madrid), participó el miércoles en una mesa redonda sobre Verdaguer celebrada en CaixaForum.

--¿El exorcista nace o se hace?
--El poder de exorcizar demonios se recibe en la ordenación, pero es el obispo quien da el permiso.

--¿Por algo especial?
--Yo nunca tuve un interés especial. De joven, jamás hice espiritismo. Cuando estudiaba la especialidad de Historia de la Iglesia, el obispo me pidió que hiciera la tesis sobre esto y yo le dije que no. Insistió y obedecí.
--Parte de la Iglesia no menta a la bicha.
--Así es.

--¿Da mala publicidad?
--Eso creen. Pero la fe de la Iglesia es una y la misma desde hace 2.000 años. Los dogmas no son muchos, ¿eh? Pero son inalterables. Y uno de ellos es la existencia del mundo espiritual angélico, que incluye al de los demonios. Muchos quieren que no se hable nunca de eso, pero no se puede coger las tijeras y cortar la fe por donde queramos. La posesión es verdad y punto final.

--Cuente. ¿Cómo es el demonio?
--Técnicamente, el demonio es un ser angélico que se volvió malo y que, de forma irreversible, tomó la opción de rebelarse contra Dios. No es el mal --el mal es la ausencia de un bien debido--, y tampoco es un símbolo. Es una persona espiritual.

--¡Pruebas!
--Yo no lo he visto nunca, pero alguna mala pasada me ha jugado...
--¿Cómo de mala?
--Me fastidia decirlo, pero una vez me acosté en la cama y me encendió la luz. Escuché claramente el ruido del interruptor. Otra vez se rompió la caja de cambios del coche, pero no lo aduciría como prueba.

--¿Corre riesgos mayores?
--Yo pido a Dios que me proteja. Pero el demonio existe y quiere vengarse. A menudo tienta a los que están alrededor del sacerdote.

--Volvamos a las pruebas.
--Hay fenómenos cuya única explicación es la intervención del espíritu. Al padre Pío, cuando hacía la consagración, le sangraban las llagas. Un equipo médico lo estudió y no logró explicación. Pues en el mundo de lo demoniaco pasa lo mismo.

--Podría pasar que se tratara de enfermedad mental...
--El poseído es la persona que, estando completamente normal, participa en un rito esotérico y, a partir de ese momento, entra en trance, pone los ojos en blanco, aúlla, no resiste la presencia de objetos religiosos. Si no es así, yo mismo les recomiendo la visita al psiquiatra.

--Según dice, los ritos esotéricos invitan al demonio a entrar.
--Sí. En la Nueva Era hay un afán de comunicarse con el más allá. Las prácticas esotéricas, como la invocación a espíritus guía, el empleo de la tabla uija, la santería afrocubana, el rezo de algunos mantras desconocidos, abren la puerta a la posesión. Si uno llama al demonio, puede venir.

--¿Sobre todo a las 3 de la mañana?
--Eso salió en El exorcismo de Emily Rose, una película bien documentada, como El exorcista. Los demonios actúan con preferencia por la noche, pero no hay una hora maligna.

--¿Y una música maligna?
--La música satánica escuchada durante horas en una habitación donde haya pósteres blasfemos o cruces invertidas sí puede producir influencias.

--¿Los poseídos levitan?
--Yo rezo con los ojos cerrados. Me dicen que en la capilla ha pasado un par de veces.

--¿Giran la cabeza 360 grados?
--Eso tampoco lo he visto... Sí les he oído hablar lenguas desconocidas. Y he visto cómo me contestaban con exactitud a preguntas formuladas en latín. Una vez, sin mover los labios, le ordené: "Di el comienzo del último capítulo del Apocalipsis". Y al cabo de tres minutos, el poseído dijo: "No me gusta el Apocalipsis".

--Oiga, ¿qué gana el demonio entrando en un cuerpo?
--¡Hacer sufrir! Como el demonio no puede matar a Dios, trata de destruir a sus criaturas, a su obra. Es como odiar a un pintor y destrozar su pintura.

--¿A cuántos ha librado usted?
--En mi parroquia aparecen entre cuatro y seis casos al año.

--¿Cómo sabe qué ha tenido éxito?
--El poseído da un grito tremendo y queda en paz.

--Catalunya se empeña en hablar una lengua rara. ¿Estará poseída?
--Mi segunda lengua es el catalán, ¿eh? Mire, una sociedad puede malignizarse, como ocurrió con el Tercer Reich, pero no observo eso ni en España ni en Europa... Lo que sí es verdad es que el centro de España es más tradicional en lo religioso.


NÚRIA NAVARRO El Periódico de Catalunya
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