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lunes, 10 de diciembre de 2007

Muertos inmortales

Poco antes del año 2000 se destapó en España un fraude masivo a la seguridad social bastante macabro: se calculó que existían más de 30.000 dedos congelados con los que se “firmaban” autorizaciones para cobrar pensiones de gente que en realidad estaba ya muerta, pero cuyo fallecimiento no se había notificado para seguir embolsandose el dinero.


El caso más prolongado fue el de un hombre que llevaba cobrando 10 años la pensión de su madre ya fallecida pero similar a estos casos está el de dos hermanos que ocultaron la muerte de la hermana, disminuída física, para seguir cobrando su subsidio; o el de una viuda de 70 años natural de Oviedo que enterró el cadaver de su marido en cal viva para poder seguir cobrando la pensión de éste.

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