Google
 

jueves, 1 de noviembre de 2007

¿Qué hago si un día me despierto encerrado en un ataúd?

ataud.jpg

Tras unos días de mucho ajetreo por la presentación de mi libro -perdonen la ausencia-, vuelvo a los temas que nos interesan. Escogí esta pregunta por una historia personal que hoy pienso contar por primera vez. Siempre me he preguntado cosas relacionadas a la muerte y, especialmente, a las condiciones de muerte. Acaso alimentado por las películas de terror, la idea de ser enterrado vivo me produjo una angustia recurrente cuando algo me traía a colación la idea de morgues, funerarias o cementerios. Ocurrió que un día toqué el tema con mi madre en una conversa sobre las historias de duendes y aparecidos que son frecuentes en Negritos, el pueblo del que somos originarios. "Nunca te conté lo que le pasó a la hermana de mi abuelo", me dijo de pronto, como si hablara de una receta de cocina. "Un día amaneció dura, rígida, como muerta. No tenía signos de vida y apenas exhalaba". Solo por eso no la enterraron durante la semana entera que duró su trance.







Fuente

No hay comentarios: