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domingo, 25 de noviembre de 2007

Le darian perpetua por enterrrar a su mujer bajo la cama

El veredicto contra Mario Freiro, quien admitió que sepultó el cadáver de su mujer luego de haber mantenido una discusión, se conocerá mañana. El fiscal pidió reclusión perpetua

El acusado podría ser condenado a la máxima pena del Código Penal por el "homicidio calificado por el vínculo" de su mujer María Angela de Luca. Así lo solicitó el fiscal de juicio, Ariel Panzzoni, al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de La Matanza, que dará a conocer su veredicto mañana a las 12 en el edificio judicial ubicado en calle Entre Ríos 2795 de San Justo.

En tanto, la defensa pidió en su alegato de la semana pasada la absolución de Freiro o, subsidiariamente, una pena atenuada por el hostigamiento que padecía el imputado por parte de la víctima.

Antes de los alegatos, el acusado decidió hablar por primera vez desde que se descubrió el caso y dio su versión de los hechos, en la que aseguró tener una "laguna" en la memoria y no recordar si él mató a su mujer.

Frente a los jueces Franco Fiumara, Gerardo Gayol y Jorge Multedo, Freiro explicó que su relación con De Luca estaba quebrada porque la mujer había abandonado el hogar para irse con un amante, al que identificó como Ricardo, "el fotógrafo".

"Yo la quería, por eso quería que vuelva y la perdonaba siempre. Pero era imposible la convivencia. Pelea tras pelea..., pelea tras pelea... Estaba enamorado, quería que vuelva", comentó.

Respecto al día del hecho, recordó que De Luca llegó a la casa de Juan B. Bustos 6004 de González Catán mientras él preparaba la comida y que el único de los hijos que estaba era Pablo, el menor, porque Mario estaba en la casa de su madre.

"Me puse a preparar algo para comer, viene ella, ya de noche, lloviznaba. Yo estaba con el Pablito. Le digo ¿dónde estabas?, (me contestó) `qué te importa` y me empezó a revolear con todo", dijo.

"Yo había preparado la comida para los tres. Me tiró con la sartén que todavía tenía aceite caliente. Me quemé. En un momento me encontré en medio de la discusión", comentó.

Luego, Freiro pronunció una semi confesión: "Si me dicen le pegaste un tiro, no sé; si la apuñalaste, no sé; si murió del corazón, no sé; si la ahorqué, no sé". "Salí afuera, me quedé sin un cigarrillo. Vuelvo a entrar, ella estaba en el suelo. Estuve un tiempo largo tratando (de reanimarla). (Soy) Mario, hablame; Mario, hablame", continuó.

"Pasaron como tres o cuatro horas. Estaba muerta, dura y blanca como un papel", describió Freiro.

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